martes, 6 de mayo de 2014

Se despide Kalilu a la escena Rastafariy Hip Hopper de Cali

Kalilú es un bar Reggae y Hip Hop que hay aquí en Cali desde hace más de tres años, sin embargo, infortunadamente el pasado sábado se despidieron de la escena local urbana diciendo: !No es un adiós, es un hasta luego!

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Cuando conocí Kalilú pretendía que la fiesta estuviera al mismo nivel de los sitios que hasta ese entonces conocía, hablo de Congo y Casa Babylon en Bogotá. Esto sucedió en el 2011.
Desde aquel momento todo me gustó, desde la entrada con todos esos acetatos adornando las escaleras por las que se subía parar entrar por una puerta de un apartamento ubicado en la Av 9 norte con 12, hasta la terraza donde solo los buenos amigos podían subir a fumar marihuana tranquilamente. Además era muy curioso llegar a un rumbiadero de rastas y hip Hoppers ubicado en pleno Barrio Granada. Uno de los barrios más gomelos que hay en Cali.
Pasaron varios meses sin ir Kalilú pues mi trabajo no me lo permitía, creo que pasó un año, hasta que una noche cualquiera regresé y fue muy satisfactorio ver como Cesar y todo su parche de amigos había tomado las riendas del bar. No sé si estoy confundido, pero bandas como Zalama Crew, Radio Radikal Libre, Sargento Garcia, Djembe Sound, Dogor, Stanley Jackson, MC Tita, Haga Que Pase, Raíz Urbana, Eli Rojas, entre otros empezaron a presentarse en vivo y con ello, con el pasar de los meses, veía como se fortalecía otro tipo de escena que desde hace dos años hasta la fecha estaba creciendo en Cali.

Kalilú se encontraba formando su público y no solo para la rumba reggae, también observé que remodelaron el lugar, lo insonorizaron y empezaron a incursionar en la organización de eventos y el apoyo hacia otros como el BNL, el Festival de Hip Hop de Cali; promovían conservatorios sobre la cultura rastafari, encuentros de I Tal Food, espacios para meditación y Nyahbinghi Drums, hasta que un día cualquiera me enteré por un mail, que el bar por estar ubicado en el barrio Granada estaba recibiendo amenazas, contratiempos y bulling de parte de algunos dueños de los restaurantes que están ubicados en la zona. Dreads, Gorras, pantalones y camisas anchas, trenzas y grafitis empezaron a aparecer en el barrio y con ello el lugar se convertiría hasta el pasado 26 de abril, en el lunar de la actual remodelada, zona gastronómica gourmet de Cali.
Parecía que los vecinos no estaban satisfechos con el tipo de gente que estaba caminando por el sector. Sin embargo, gracias a JAH estos pelaos se levantaron, se enfrentaron a los restaurantes, al Municipio y a la policía con argumentos, orden y disciplina, pero ni así les dieron una oportunidad de quedarse en la zona.

Con un aire de insatisfacción algunas preguntas bombardearon mi cabeza y mi tranquilidad ¿por qué la escena rastafari e  hip Hopper está tan estigmatizada y perseguida en Cali? ¿Qué gana un barrio gomelo cuando amenaza y le cierra las puertas a las pequeñas culturas urbanas? ¿Se ve mejor el barrio Granada sin Kalilú? ¿Qué es lo que pasa con los espacios que el público joven está pidiendo y necesitando en Cali para desarrollar la libre personalidad? La única manera de calmarme fue fumándome un porrito. Lentamente dejé de pensar en los contratiempos que la policía y el Municipio le causarían al bar y sobre todo a la gente que trabaja con ellos.
Sin Kalilú, granada se verá más “bonito”, pero un parche de muchachos que creían en sus sueños quedarían desempleados y con las ganas un poco rotas.

Fue así que desde el momento que recibí aquel mail hasta la fecha, observé desde lejos como los dueños de Kalilú aguantaron un año y sólo hasta el sábado pasado fue Julián, el vocalista de Radio Radical Libre, quien minutos antes de presentarse en la despedida del bar, me comentó “A los manes de Kalilú les tocó irse porque el dueño de la casa que alquilaban le pidió que la entregaran, y pues como te imaginas, no hubo poder humano de convencerlo para que eso no sucediera”.
Un tanto aburrido con la situación y con un vacío, hoy me decidí a escribir esto que ahora estás leyendo pues lamento que este lugar cierre las puertas. Seguro como yo, muchos en esta ciudad quedan con ese mismo vacío que hoy siento,  sobre todo cuando me pregunto ¿y ahora dónde podré ir a escuchar y bailar buen reggae?

Sé que tan solo es un hasta luego por parte de Kalilú y no un adiós, pero mientras ellos consiguen otro local, me uno al apoyo y hermandad con toda esta comunidad rastafari e hip Hopper que hay en Cali, y que hoy camina por el barrio Granada con ese hueco que le han dejado a nuestro estilo de vida y sobre todo, a nuestra cultura.

Por Bizarro Mesa
@bizarromesa

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